un saludo por el día del periodista
Este viernes se celebra un nuevo día del periodista. Saludemos a los compañeros que emprenden esta tarea que últimamente ocupa en primera persona los títulos de los diarios, no? El oficio del periodista tuvo en los primeros capítulos de su historia una búsqueda de la verdad como un objetivo primordial y alcanzable. El periodista solitario, aquel que escribía en una olivetti con el pucho en la boca era algo bastante más parecido a un detective de historieta en su propia mística. En sucesivas épocas, hablamos sobre todo de nuestro país, el periodismo se asoció a la literatura, y también se fue transformando en una tarea militante, hasta que, al vaivén de los tiempos políticos fue convirtiéndose en un engranaje importante pero no irremplazable en las fábricas de mensajes e ideas en las que se transformaron los diarios, radios y canales de televisión. Hablamos de nuestro tiempo, de cuando nos tocó estudiar y formarnos frente a un panorama laboral muy alejado de aquel romanticismo del oficio. Por entonces, las mejores opciones consistían en conseguir una pasantía en Clarín o La Nación (entiéndase bien: trabajar gratis y haciendo buena letra) para lograr meter la nariz y hacer algunos contactos. En la Universidad, los profesores nos enseñaban con aire resignado, los contenidos de la ley de radiodifusión promulgada por la dictadura militar cuya única revisión había sido la Ley Dromi, del año 90, que habilitaba a Clarín para comprar canal 13 y blanquear la propiedad de Radio Mitre y La100 que ya era un hecho desde hacía rato. La Nueva Ley de Servicios de Radiodifusión no consiste solamente en acotar el gran negocio de Clarín que definía nuestro futuro laboral y el de muchos compañeros de estudio. La nueva ley nos invita a construir un nuevo arquetipo de periodista, no ya el detective al que ninguna verdad verdadera se le resiste… no el bicho de redacción que olía a tabaco… tampoco el funcionario de camisa que defiende un puesto laboral a cualquier precio… vamos a por un periodismo que cree periodistas en cada esquina, en cada valle, maestros periodistas, almaceneros periodistas, vecinos periodistas, niños periodistas, jardineros periodistas, gente que haga periodismo en su pensamiento cotidiano. Que se pregunte siempre, pero siempre, por el sentido de los mensajes, el origen, la intención de las palabras, y su influencia en el pensar, en el creer y en el sentir de cada día. Hagamos periodismo en casa, cuando miramos la tele, cuando nos repiten los mismos titulares durante todo el día, o cuando en una misma nota de un noticiero rellenan con la misma imagen repetida porque no tienen otra cosa para mostrar… hagamos periodismo en nuestra comunidad, cuando con cada hecho se multiplican las versiones y reversiones que confunden, complican y, sobre todo, que nos dejan paralizados frente a un “dicen” con el que nada podemos hacer… Hagamos periodismo para desmenuzar los mensajes y extraer de ellos no sé si verdades, pero unas cuantas certezas que nos sirvan para tomar mejores decisiones cada día. Feliz día del periodista, entonces, para todos los periodistas que habitan en nuestros corazones.