“En mi corazón, embocaste tu sueño…”

“En mi corazón, embocaste tu sueño…”

Los Fundamentalistas del Aire Acondicionado en Villa Mercedes 13/07/22

Por Juancho Mazzeo (@defighiera)

A fines de los 80 comenzó a circular el “quini 6”. Recuerdo a mi vieja jugando religiosamente esos números todas las semanas, números que nunca salían. Cuando preguntaba por qué seguía jugando, me respondía “mirá si no juego y sale”, y así cada domingo a la noche, esperando el sorteo, presa de una ilusión.

Pasaron 5 años de la misa en Olavarría, un disco, anuncios de enfermedades, una pandemia, un streaming, un encuentro en La Plata, un par de puñados de temas nuevos, una censura y nuevas fechas y lugares para ir cantando. (Seguramente hubo otros acontecimientos que mi frágil memoria saltea).

No voy a ser hipócrita: quedé atrapado por la misma situación que tenía mi vieja con el quini, “mirá si no voy y si aparece Indio”. Es que si empiezo a desconfiar de mi suerte, estoy perdido.

La ansiedark fue creciendo en hambre de misa, cual caníbal de la matrix alimentándose de las redes sociales con imágenes de entradas en mano, fotos de otras misas, banderas, frases y ya fue imparable la necesidad de adelantar el tiempo.

Agosto, Pachamama, caña con ruda, San Cayetano y a preparar mochila, cámara, lentes y allá fuimos, pensándote, Mister, extrañándote. Entre mates, unos criollos ideales para mojar en el matecocido y Epecuén de fondo, llegamos al Parque La Pedrera, y la sensación “ay, ¡que bello día es hoy!”.

Busco metáforas para poder describir lo que se sentía en esas calles, pero es imposible. Tal vez el registro fotográfico ayude, aunque también es complicado transmitir esos amores. Una frase (otra más) me viene a la mente: “Disfrutá de los placeres que te quedan sin dañar…”, que podría acercarse, alguito, a lo que vivíamos en esos momentos.

Mientras acordamos el punto de encuentro con la tribu, mirábamos el cielo buscando ese avión que traiga a Indio, y delirábamos con esa ilusión y con la lista de temas. Entre risas y abrazos, la procesión empezó la recta final.

Ya no recuerdo bien si fue a las 22 o pasadas las 22hs que se apagaron las luces y las voces y los cuerpos pegados al escenario estallaron con los primeros acordes de “Ella debe estar tan linda” y de ahí en más sólo recuerdo una terrible pelea interna entre hacer fotos y cantar y saltar sin partirle la cabaza a nadie con la cámara. Así durante las casi 3 horas de una misa pagana de las más hermosas, 35 temas, una puesta en escena impecable, y un bandón arriba del escenario que hizo de la ausencia un acto de amor y de respeto.

Un repertorio hermoso potenciado por una escenografía con pantallas en las cuales Indio pudo acompañar con su voz en varias canciones, y con luces que nos sumergían en cada tema a un viaje por sus letras.

No hace falta decir que la elección de les musiques no es un golpe de suerte, que LFDAA tiene una calidad musical y entrega para con nosotres que deja sentir mucho amor. Espero que las fotos que hice puedan transmitir (y devolver) alguito de lo vivido.

Lo que pasó en Villa Mercedes es parte del movimiento cultural popular más grande de las últimas décadas (hablo de “movimiento cultural”, no político partidario que todes ya conocemos), presos de una ilusión que no vamos a resignar… “los vi Fantasmas de juventud, llegan para despedirse de mí, yo sé, dejé jirones de mi vida aquí”.

Gracias LFDAA por la ofrenda del sábado.

Hacia Montevideo iremos, cantando…

Pd: para los miserables que en el anonimato de las redes sociales bardean a la banda, les recuerdo que, como dijo mi amigo Sequi, nosotres sabemos que las canciones son nuestras.